Luna Llena y Piedras
La luna llena y las piedras son conceptos que están relacionados por un motivo especial.
Si hay algo que sabe cualquier amante de las piedras y minerales en general, es que las mismas, aunque sean inanimadas y no se muevan ni respiren, para poder ayudarnos con sus inmensas propiedades, necesitan limpiarse y recargarse.
Limpiarse, porque aunque no lo parezca, son como esponjas, van acumulando toda la suciedad y mala energía que las rodea, lo cual hace que pierdan su energía originaria.
Es esa energía digamos «buena», la que necesitan recuperar, y ahí es donde entra en juego la luna, también el sol, aunque éste no es apropiado para según que piedras.
La luna pasa por unas fases que se repiten cada mes y según en la que se encuentre la energía que su luz puede aportar será mayor ó menor.
Las fases lunares son: luna llena, luna nueva, cuarto creciente y cuarto menguante. De éstas, las que nos interesan para nuestras piedras y cristales son el cuarto creciente y sobre todo la luna llena.
Los días de cada mes en los que estamos en cuarto creciente son los más adecuados para recargar nuestras piedras, cuanto más nos acerquemos a la luna llena mejor será la energía recibida, si bien lo más indicado es hacer la recarga justamente en la luna llena, que es cuando la energía es máxima.
La forma de recargar las piedras a través de la luna es de lo más sencillo: Primeramente debemos limpiar las piedras, eliminar de ellas cualquier resto de suciedad energética que puedan haber acumulado.
Hay muchas formas de limpiar las piedras; la más conocida es la de sumergirlas en agua con sal, si bien hay que tener cuidado porque hay piedras que no se pueden mojar (fluorita, turquesa, malaquita, selenita y cianita son algunos ejemplos), y con ellas por tanto el sistema del agua y sal es inviable.
También se pueden depositar en una geoda ó drusa de amatista, de un tamaño lo suficientemente grande para poder colocar en ella nuestras piedras. Dejándolas en su interior durante unos días, tendremos un «2×1», ya que cuando las recojamos estarán limpias y recargadas.
Uno de los métodos a mi me gustan más es el de ir envolviendo las piedras con el humo de una varita de incienso, si puede ser de un incienso limpiador (ruda, romero, palo santo, salvia, etc.) mucho mejor. Mientras pasamos el incienso por las piedras visualizamos que las mismas se van desprendiendo de toda negatividad.
Una vez tenemos limpias nuestras piedras tan solo tendremos que dejarlas toda la noche en un lugar donde puedan recibir la luz de la luna (ventana, balcón, etc.) y recogerlas por la mañana, ya en perfecto estado: limpias y recargadas.
Como veís, en la luna tenemos la perfecta aliada para conseguir que nuestras piedras, cristales y minerales en general estén siempre preparados para ofrecernos sus propiedades beneficiosas.
Por último, como información, os indico que este mes de Marzo de 2022, actualmente estamos en fase de luna creciente y alcanzaremos luna llena el viernes día 18.